Los sentados de Carla Fuentes, en la Galería Herrero de Tejada

Hasta el 28 de enero se puede visitar la primera exposición como pintora de la ilustradora Carla Fuentes, conocida por su alter ego Littleisdrawing, en la Galería Herrero de Tejada, en Madrid. La muestra está comisariada por el periodista Mario Suárez.

Uno llega al edificio donde se encuentra la Galería Herrero de Tejada y desde el principio se crea un clima más que preciso para ver las pinturas de Fuentes. La puerta no está abierta, hay que llamar a un timbre, entrar en el portal, subir unas escaleras y entrar en un piso, aclimatado, claro está, como una galería. La sensación de intimidad es total y uno se siente como en casa.

Entrada a la Galería Herrera de Tejada
Entrada a la Galería Herrero de Tejada, en la calle Hermosilla, nº 49, en Madrid.

Y allí están los sentados, esperándote. Casi tienes la sensación de estar en el show de Truman, y uno imagina que ellos estaban andando por allí, por las habitaciones, haciendo sus cosas, y que tú, al llamar al timbre, has interrumpido. Se han metido en los marcos y posan para ti. Tú les miras y ellos te miran.

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Carla Fuentes ha dedicado esta exposición a todos aquellos que, sentados, escuchan o esperan. Pero yo no tengo la sensación de que ellos hagan ninguna de las dos cosas. Parecen inquietos y expectantes. Mientras recorría la Galería, recordaba unas palabras que Rappard, un amigo de Van Gogh, le dedicaba respecto a su obra Campesinos comiendo patatas:

En este cuadro los personajes posan. La mano de la mujer del fondo… !Qué poco real! ¿Y qué relación hay entre la cafetera, la mesa y la mano que toca el asa? ¿Qué función hace esta cafetera? No se mantiene, tampoco la sujetan, entonces, ¿qué? ¿Y aún te atreves, con esta forma de trabajar, citar a Millet y a Breton?

Como Van Gogh, Carla Fuentes también cita a los maestros, en este caso, del retrato sedente más clásico, entre las paredes de la galería. Allí están, de alguna manera, Velázquez, Rembrandt, Goya o Ingres. De hecho, de este último, se me han asemejado muchos de los aspectos de sus retratos. Ingres sobrevivió los primeros años gracias a las ventas de sus retratos y fue uno de los mejores retratistas de toda la historia del arte.

La mayoría de los personajes presentan un gran sentido del reposo, una gran calma psicológica y, como los de Carla Fuentes, una fuerte elegancia en los gestos de sus expresiones. Tampoco utiliza accesorios, difícilmente veremos en los cuadros de la autora alusiones a marcos arquitectónicos ni paisajes. Además, una de las grandes novedades que Ingres introdujo en los retratos fue la indumentaria de los retratados. No eran togas romanas, no era un vestuario clásico, como todo artista debía hacer según la Academia. Ingres vistió con corpiños ceñidos y escotes a las mujeres de sus obras, como llegaban a su estudio, pues era la moda de la época, de la misma manera que lo hace Fuentes. Se ven,  a lo largo de las obras, un esfuerzo en los tejidos y los estampados más actuales: americanas, calcetines de rayas, jerseys de algodón. Todo se representa con diferentes técnicas.

A la izquierda: uno de los sentados, de Carla Fuentes. A la derecha: un retrato de Ingres.
A la izquierda: uno de los sentados, de Carla Fuentes. A la derecha: un retrato de Ingres.

Sin embargo, a pesar de que el homenaje a los clásicos es evidente, no hay que olvidar las libertades que sobre los retratos se dieron algunos de los modernos, como Cezanne, Gauguin, Picasso o Hockney. La inclusión de bodegones y objetos insignificantes en los mismos (como las tazas o plantas), la falta de línea en los dibujos o el uso de colores planos y arbitrarios son las características que más se observan. Escribo esto con la seguridad de saber que la autora es una amante del arte y, como tal, da saltos en el tiempo sin ningún problema. Es lo que pensé al ver su retrato, magnífico, de Eduardo Arroyo.

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A la izquierda: Los sentados, de Carla Fuentes. A la derecha: Retrato de Vincent Van Gogh, de Gauguin en su visita a Arlés.

La mayoría de los sentados se presentan en fondo en negro. Cuento esto porque uno de los aspectos que más llama la atención es la ausencia de dibujo aunque, precisamente, la impresión es la contraria. Recuerda a la línea cloisonné de los dibujos de Gauguin pero, al contrario, al acercarse a las obras, no existe la línea, el dibujo se crea en ausencia de color y se funde con el fondo. Pero poco de esto importa si no uno ve las obras en directo y se limita a verlas a través de un ordenador. Así que ya saben:

Los sentados
Artista:  Carla Fuentes
Fechas: Del 12 de diciembre 2015 al 28 de enero de 2016