La reacción antiexpresionista de los años 50 y 60

Durante los años 50, el Expresionismo Abstracto había resultado un éxito no solo artístico sino también comercial. Los artistas se convierten en “estrellas” culturales.

Vamos a asistir, durante este periodo, a la muerte de las vanguardias. Tal y como explican los historiadores, el arte de las vanguardias comienzan a asimilarse y a institucionalizarse. Este hecho, contrario a la vanguardia en su esencia siempre rebelde, terminó por causar una ansiedad en los artistas. En ocasiones literal. Muchos de los miembros del expresionismo abstracto terminaron por suicidarse, como Rothko o Pollock.

De esta manera, a mediados de la década de los 50, surgen en el mercado americano otras propuestas al expresionismo abstracto  muy potentes que no eran sino una gran reacción antiexpresionista. Calvo Serraller ha matizado algunas de las características de lo artistas de esta ola:

  • Existe un enfriamiento completo de la temperatura creativa del artista. Abandona por completo la dimensión subjetiva y emocional en la forma de trabajar. Y trata de neutralizar la huella física de la mano. No pinta directamente o lo hace de una manera que cualquiera puede sustituirle en la labor.
  • Da a la obra una apariencia mucho más neutra, objetiva, aséptica, distanciada.

Ya no importa la acción de pintar, sino la materialización de una idea. La aportación conceptual por encima de la forma física. Dentro de esta idea tan amplia, podemos dividir a los artistas de este momento en dos grandes grupos que nos ayudan a comprender la realidad tan compleja que se vivió tras el expresionismo abstracto.

  1. Una corriente que apuesta por lo visual. Trabaja con la realidad cotidiana como tema artístico. Aquí se engloban corrientes como el Neodadaísmo, el Pop y sus derivados, etc.
  2. Una corriente que apuesta por lo conceptual. anula toda huella física y psicológica del pintor. Es el Arte Minimal y Conceptual.

Es decir, fuimos desde la máxima subjetividad del Expresionismo abstracto hasta la máxima neutralidad del arte posterior.


CORRIENTES VISUALES

Una de las corrientes principales que surge en este momento es el Arte Pop. Un movimiento inspirado en la estética de la vida cotidiana y de los bienes de consumo de la época. De hecho “pop” es un apócope de “popular”, de ahí que encontremos en las obras de estos artistas referencias a anuncios publicitarios, comics, objetos culturales o al mundo del cine. Nace también como una oposición a la cultura elitista del arte. Es un concepto bastante novedosos porque este aprovechamiento del gusto popular solo se había hecho por parte de los artistas que trabajaban para propaganda política en los regímenes totalitarios.

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Campbell’s Soup Cans, Andy Warhol, 1962.

Latas de sopa, Warhol. Dibujó el contorno de las latas de sopa sobre cada lienzo, posiblemente trazando una proyección de un dibujo anterior. A continuación, la lata y la etiqueta se pintaron a mano.

Andy Warhol (1928 – 1987) es el artista que mejor representa esta idea pop del arte. Warhol fue, además, un personaje fundamental de la vida cultural neoyorquina y que trabajó, incluso, para estrellas del rock y del cine. Entre sus amigos habituales, por ejemplo, estaban Mick Jagger o Liz Taylor.

Fue famoso su estudio The Factory. Allí era producían en cadena las serigrafías del artista, y donde trabajaba con sus ayudantes. La elección del nombre no es casual, pues hace referencia a la fabricación de imágenes casi de forma automática y maquinal. se ponía en evidencia, de nuevo, que lo que consideraban importante era la idea o la elección de la imagen, y no la forma en la que se materializaba tal obra.

Paralelamente al Pop, y casi como una desviación del movimiento, nacen los artistas del hiperrealismo. Se han denominado como pintores hiperrealistas o fotorrealistas. Hacían lo mismo pero, como explica Calvo Serraller, “tomando fragmentos literales de la vida urbana, pero vista como aparece en las postales o las fotografías burdas de consumo doméstico privado.

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Pintura al óleo del hiperrealista Richard Estes.

Aparece en la segunda mitad de los años 60’s. Se asume que la fotografía es la gran fuente de la cultura visual contemporánea y se decide investigar con ella. Son juegos sofisticados de ilusión y realidad. Es nuestro arte popular. Complejidad mental muy interesante. Estudiantes del arte más clásico y más contemporáneo. Está la fotografía y los últimos avances pero también hay referencias a Vermeer, Velázquez, etc.

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Pintura al óleo del hiperrealista Roberto Bernardi.
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Pintura al óleo del hiperrealista Steve Mills.

CORRIENTES CONCEPTUALES

Por otro lado, aparece una corriente mucho más conceptual, que suprime las referencias a lo visual y que se dirige a los aspectos más cerebrales de la experiencia estética.

Quizá, el primer grupo que merece mención son los neodadaístas, evidentemente herederos de Duchamp y compañía. Entre ellos, Rauschenberg, Jasper Johns o Larry Rivers. El objetivo era convertir la pintura en un objeto, querían tratarla como algo exterior al artista, como una cosa. No todos se enfrentaron de la misma manera. Algunos artistas realizaron happenings (cuadros animados con actuaciones en vivo) y otros incorporaron a los cuadros objetos reales, de manera que los convertían en esculturas.

Un caso interesante fue el del pintor Yves Klein (1928 – 1962) quien, influido por el arte oriental, llegó a elaborar sus obras “monocromos”. Basó toda su pintura en un tipo de azul que patentó como IKB (International Klein Blue). Con ello pretendía demostrar el uso no-simbólico del color, sino que lo trataba como objeto.

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Yves Klein y sus “monocromos”. Utilizaba mujeres como pinceles humanos, de ahí las formas de sus obras.

Convirtió muchas de sus obras de happenings, pues las realizaba como espectáculo público y con música en vivo en la misma sala.

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Christo y Jeanne-Claude con una de sus maquetas.

Otra pareja de artistas muy popular es Christo y Jeanne-Claude, y aunque Jeanne-Claude murió en 2009 sigue en activo. Realizan instalaciones artísticas ambientales, similares al Land Art. Se caracterizan, principalmente, por utilizar tela para envolver gigantescos edificios o cubrir extensas áreas públicas. Son un ejemplo de la utilización de medios y técnicas insólitas que utilizan los artistas en el arte contemporáneo.

Con estas técnicas, llama la atención sobre algún aspecto de la historia o de la relación del hombre con el medio. La obra, además, no es solo el resultado, sino que incluye el complejo trabajo previo que hay que realizar para llegar a ese fin. Sin ir más lejos, conseguir las licencias para poder cubrir un edificio público pueden llevar más de 20 años.

Comenzaba a ser evidente que este arte, que nació para acercarse al público, también fue exigente con él y le pidió una actitud activa frente a las obras de arte.

Pero más allá de sus deseos, los artistas actuaban de forma subjetiva y había en las obras una carga personal y, por tanto, expresiva. Por eso, hubo artistas que se sumaron a un antixpresionismo más radical. Recibieron la denominación de abstractos pospictóricos, abstractos geométricos o cinéticos.

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Damascus Gate, 1970, Frank Stella.

Esta pintura no debía tener textura, ni dejar huella de pincel. Tampoco gesto caligráfico ni forma con relieve ni colores que no fueran planos o neutros. Tal y como explicaba Reinhardt: “Ningún objeto, ningún sujeto, ninguna materia, ningún símbolo, ninguna imagen, ningún placer, ninguna pena”.

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Ad Reinhardt, Untitled, 1966.

¿Se puede ir más lejos en el despojamiento formal de un cuadro? Y, en todo caso, ¿queda, tras ello, algo que mirar? Pues lo que queda exactamente es sólo eso: pintura. Una pintura reducida a su condición de objeto material y tratada como tal. Es, como quien dice, el colmo de la insignificancia. [El arte contemporáneo, Calvo Serraller, p. 308]