Azul Klein [R0, G47, B167]

Vestidos, joyas, complementos, zapatos, bolsos, sombras de ojos, pintauñas, medias, cocinas, interiores, sofás, paredes, gafas de sol, … Descubrir un color que sabes que triunfará y patentarlo. Después, forrarte. Es Yves Klein en 1958.

| Colin Vearncombe – Yves Klein Blue

Los críticos en Nueva York lo catalogaron como Neo-Dadá, otros, como Postmodernista; y esa es la realidad, a Yves Klein, el artista francés, nunca se supo cómo encasillarlo. Sus primeras pinturas eran galerías de monocromía. Una obra, un color. A finales de los años 50, Yves se centró en el color azul, y lo patentó como International Klein Blue o Azul Klein.

No pensemos en obras como las de Rothko, aunque también las hubo, pues Klein introducía otros conceptos a sus obras. Estuvo muy en contacto con la Antropometría, donde utilizaba mujeres desnudas como pinceles vivientes. Las cubría con pintura azul, su Azul Klein, y después las llevaba hasta el lienzo, dejando así la impronta de sus cuerpos en la tela. Un ejemplo lo tenemos en el Guggenheim, en Bilbao.

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Sus primeras pinturas eran galerías de monocromía. Una obra, un color. A finales de los años 50, Yves se centró en el color azul, y lo patentó como International Klein Blue o Azul Klein.
Yves Klein en una fotografía retocada y coloreada años después

Cuando era pequeña, tenía un libro que se titulaba “El coleccionista de agujeros”. Siempre me inquietaba, porque era incapaz de imaginarlo. El valor del vacío, de lo inmaterial. Bien, aquí lo tenemos: un poco más adelante Klein se dedicó por completo al arte inmaterial.

Mi trabajo con los colores me ha conducido, en contra de mi mismo, a buscar poco a poco, con ayuda (de algún observador, de algún traductor), la realización de la materia, y he tenido que luchar y decir hasta el final de la batalla. Mis pinturas ahora son invisibles

Su arte inmaterial no lo vendía por dinero, sino a cambio de oro, un intercambio simbólico entre el máximo valor material y el mínimo. Yves deseaba de sus compradores la experiencia “muda” de adquirir un espacio vacío. Con esta mentalidad diseñó su Escultura Aerostática: Klein soltó 1001 globos azules en la ciudad de París. 50 años después, en 2007, el centro Pompidou (París) organizaba un espectáculo como conmemoración del artista francés.

Hoy, el azul Klein está de moda, y no hay más que echar un vistazo a nuestro alrededor.

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