Submarine: una pequeña obra de arte

 | Alex Turner – Stuck on the puzzle

A veces, sin querer, sin pretender buscarla, te encuentras con pequeñas piezas que te hacen pararte y pensar: bien, esto no es lo de siempre. Y así, te puedes recrear en ese momento que ya no vivirás jamás una vez más: tengo la suerte de poder verla por primera vez. Así me ocurrió con las películas Los paraguas de Cherburgo, Charade, Descalzos por el parqueDriving Lessons, 500 Days of Summer y, ayer, con Submarine.

“La mayoría de las personas se piensan a sí mismos como individuos: que no hay nadie en el planeta como ellos. Este pensamiento les motiva a salir de la cama, comer y andar por ahí como si nada estuviera mal. Mi nombre es Oliver Tate”. Así comienza el primer minuto de la película para, después, romper dramáticamente con una de las reglas de oro de la narración clásica cinematográfica, a la manera de la Nouvelle vague francesa. El actor no puede mirar a cámara, rompe la magia del cine, dicen; pero a mí me pareció de lo más encantador (con todo el significado).

Las críticas dicen que es una de las películas que mejor retrata la edad adolescente: los cambios, los obstáculos y las dificultades; el amor y la muerte. Posiblemente. Pero la virtud de una obra de arte es que, sin pretenderlo, se ha convertido en un símbolo. Ya lo dijimos con Picasso y el Guernica: no habla de una guerra, sino de todas las guerras, ni de un pueblo, sino de todos los pueblos. No es necesario tener 13 años para disfrutar de la película, y menos para sentirse identificado con Oliver Tate. Habla de hoy, y de nosotros, de todos nosotros.

Dicen que Murakami retrata muy bien en la literatura nuestro mundo contemporáneo, tan fragmentado e individualista. No nos engañemos, mejor sin eufemismos: tan egoísta. Mi opinión: en los libros del japonés sobra sexo y faltan diálogos, buenos diálogos. Esto es lo que encontrarás en Submarine. Conversaciones de Oliver con sus padres, con sus amigos, con su novia, o con él mismo. Reflexiones de un adolescente que sueña con la popularidad, que se enamora de una pirómana, que vive la agónica separación de sus padres y que tiene como hobbie leer una palabra del diccionario cada día.

Unas reflexiones íntimas que se unen con el excelente trabajo que realizó Alex Turner componiendo la banda sonora (que son las 5 canciones que su padre le regala en un cassete) y que se integran a la perfección en la trama: “Mañana seré más veloz, atraparé lo que estuve tiempo persiguiendo. Tengo tiempo para jugar, pero hoy estoy bastante bien escondiéndome”.

* Esta entrada no pretende ser una crítica de cine, tan sólo unas palabras de quien quedó maravillada ante una película.