Kit para hacer una buena visita a un museo

Objetivo: llevar el mínimo de cosas para sacar el máximo provecho. ¿Qué necesitamos en un museo?

El bolso en una mano, la audio-guía en la otra, el abrigo colgando del brazo, el mapa del museo en un bolsillo a medio caerse. Ya: podemos evitar esas visitas. ¿Qué tenemos que llevar con nosotros?

Propuesta de Kit para museos
Propuesta de Kit para museos

1
Mentalidad y ganas de ver el museo
Ya lo dijimos: nunca se visita un museo de manera obligada o porque entra en un circuito turístico. No pasa nada, puede no apetecernos, no todos los días se tiene el cuerpo para un paseo intelectual. Vete solo cuando te apetezca, porque de lo contrario, será tedioso, cansado y largo. ¡Y un museo es muy, muy, divertido!

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Un recorrido pensado
Un museo es como una caja de bombones: están muy ricos, pero no nos la comeríamos entera del tirón, acabaría empalagándonos y con dolor de estómago. Con el museo, haz lo mismo. Antes de acudir, elige algunas obras del museo. Infórmate sobre ellas y eso te permitirá disfrutar del paseo de una manera mucho más interesante.

Suelo comparar el museo con un parque de atracciones (entiéndase la comparación): para disfrutar de la montaña rusa hay que estar allí, hacer cola y montarse, vivir la experiencia y bajar cuando acabe. Una obra de arte es igual: pasar por delante no significa haberla visto. Infórmate, entiende qué quieren contarte y entonces acude a ella. A ver qué tiene que decirte.

El arte abstracto necesita un tiempo de contemplación. Flickr: lollyknit
El arte abstracto necesita un tiempo especial de contemplación. Flickr: lollyknit

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Una mochila
O un bolso grande. ¿Para qué? Para desacerte de todo lo que no necesitas en la visita, meterlo dentro y dejarlo en el guardarropa de la entrada. Y todo es todo, hasta el abrigo. Los museos están muy bien acondicionados, hasta los pequeños, así que no tengas pereza en dejar nada. Aquí no existen los porsiacasos.

4
Una bolsa para la visita
Claro, no podremos dejar todo en el guardarropa, porque necesitaremos cosas. Más cosas que dos, y como sólo tenemos dos manos, necesitamos un pequeño bolso. Yo aconsejo la típica bolsa de algodón, porque es cómodo y caben bastantes cosas (pero vale lo que creas conveniente, es solo un consejo).

En las tiendas de los museos siempre hay (porque están de moda, pero también porque realmente vienen bien). Así que es fácil localizarlas.

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Cuaderno y bolí y/o lápiz
Igual no escribes nada pero si haces una buena visita seguro que descubres algo que no sabías, una obra que ha llamado tu atención y no entraba dentro de tus planes visitarla, cuadros que quieres investigar para la próxima vez que vayas, un dibujo espontáneo, o frases que te vienen a la cabeza. Un museo es un lugar idóneo para que venga la inspiración, ¡mejor que estés preparado!

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Móvil
Como norma general, el consejo es apagarlo y directo a la mochila del guardarropa. Pero se puede dar el caso de hacer un buen uso dentro del museo. Muchos centros culturales ya tienen aplicaciones para que puedas funcionar con tu smartphone. Incluso algunos permiten fotografiar el interior y las obras, como el MNAC de Barcelona, lo que permite una visita mucho más comprometida y participativa. O sea, divertida.

Es sólo un ejemplo de muchos, pero el Museo Guggenheim de Bilbao tiene la aplicación -gratuita- preparada para que la utilices durante la visita (desde comprar las entradas, organizar el recorrido, personalizarlo, consultar un calendario de exposiciones,… incluso una opción de “visita express”).

Saca fotos si está permitido, comparte en Foursquare dónde estás y deja tu opinión sobre la exposición que estés visitando, anima a los demás a ir o informa de qué es más interesante. Tuitea datos, fotografías o lo que consideres de interes para tus seguidores. Dialoga con la cuenta de Twitter del propio museo, estarán encantados de escucharte. También Instagram es muy apropiada para estos casos, pues además de editar la fotografía rapidamente, permite publicarla directamente en otras redes sociales. (Aunque son solo algunos ejemplos de todas las posibilidades).

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Plano del museo
Primer consejo: muchos museos diseñan con diferente portada el folleto del museo según el idioma (no sé muy bien por qué). Ten cuidado y coge solo el del idioma que te interese, de lo contrario cargarás con cosas innecesarias y evitarlas era el objetivo de este post. Y segundo y último: échale un vistazo, hazte cargo de la orientación del museo y vuelve a guardarlo. Tenemos la manía de llevarlo en la mano toda la visita y no hace más que incordiar. Los museos, hoy, cuentan con una buena señalética (los carteles que nos indican dónde estamos y qué estamos viendo) así que quizá no necesites volverlo a mirar.

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Audio-guía
Que acabará desapareciendo, seguro. Pero de momento siguen con nosotros y muchas veces no necesitamos ni pedirla, nos la dan junto con la entrada del museo. ¿Hay que escucharla? Depende. Hay audio-guías mejores y otras peores (el típico caso de la audio-guía que habla a un ritmo lentísimo y acaba aburriendo). Pero para esto llevamos el bolso. Si no la necesitas porque estás usando la aplicación móvil, por ejemplo, guárdala. Si crees que la utilizarás, suele llevar un cordón, cuélgala de tu brazo, pero que no mande sobre tu visita.

* Solo son consejos: la visita a un museo es algo personal, tú eres quien mejor sabes cómo disfrutarás de la visita. Espero que te hayan ayudado. ¿Se te ocurre algo más?