Qué ver en Madrid: Prado, Thyssen y Reina Sofía

Si te gusta el arte, la cita con Madrid por estas fechas es casi obligatoria. La calidad de las exposiciones temporales ha hecho de la capital un viaje artístico para disfrutar este verano: Dalí ya comienza a batir récords de visitas. A continuación, un paseo por las más interesantes. 

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Dalí ya ha llegado a Madrid
Museo Nacional de Arte Reina Sofía

27 de abril – 2 septiembre
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Viene desde París, del Centro Pompidou, y lo hace a lo grande: batiendo récords de visitantes en el Museo Nacional de Arte Reina Sofía. Es la exposición que tienes que ver si eres amante del surrealismo. Y, si no, también. Una selección de más de 200 obras que no solo se compone de dibujos, pues Dalí, además de pintor, fue escultor, escritor, dibujante, cineasta… y todo lo que él quisiera ser: Cuando tenía cinco años quería ser cocinero. A los seis, quise ser Napoleón. Y desde entonces mi ambición no ha hecho más que aumentar. Y ahora me he propuesto ser Salvador Dalí. Y aún no he llegado.

httpv://www.youtube.com/watch?v=5wWKGI-Z558

Gracias a los descubrimientos de la época (aquellos relacionados con las teorías de Freud y el subconsciente) Dalí se mostró fascinado por el mundo del sueño y la imaginación y lo llevó irrevocablemente al mundo del arte. Lo llamó método paranoico crítico. ¿Qué es? Aprovechar el fenómeno del delirio y pintarlo. Lo surrealistas ya se habían interesado mucho por las enfermedades mentales y sobre todo por la paranoia. Era hora de interpretar las cosas cotidianas desde el mundo de las obsesiones y del deseo. Es el tema que une todas las obras de la exposición.

Un hermano que se me murió antes que yo naciera y entonces mi familia hizo una cosa maravillosa y trágica al mismo tiempo, que es que me puso el mismo nombre del hermano muerto. Mi angustia era de que yo no era yo, yo era el otro hermano y para eso he tenido que matarle a fuerza de excentricidad. Cada vez que me pongo algo en la cabeza o hago una cosa extraña es para afirmar totalmente mi autenticidad y mi realidad. Yo soy el Dalí vivo. 

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No son fotografías, son cuadros: Hiperrealismo
Museo Thyssen Bornemisza

22 de marzo – 9 junio
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Queda poco, pero todavía estamos a tiempo de visitar esta maravillosa exposición. Una de las mejores muestras hasta el momento que recorre el movimiento hiperrealista desde sus inicios hasta el día de hoy. Y no hay mejor manera que hacerlo tras visitar la de Dalí en el Reina, pues se dice que fue una gran inspiración para los hiperrealistas por su precisa técnica a la hora de dibujar y pintar.

Roberto Bernardi es uno de los artistas que expone en esta muestra temporal del Museo Thyssen. En ella, uno de los bodegones que presenta. No, no es una fotografía, es un óleo.

Los hiperrealistas vienen desde los años 60, Estados Unidos, una época divertida que jugó tanto con la abstracción que acabó por hacer desaparecer hasta la propia obra. Arte conceptual lo llamaron. Ellos, decididos a retomar la figuración (o sea, al motivo, al tema) retomaron los géneros clásicos del bodegón, el paisaje o el retrato (entre otros). Eso sí, algo más modernos.

Lo explica Guillermo Solana, director del museo y comisario de la exposición:

httpv://www.youtube.com/watch?v=RNVw1yalKKs

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La belleza encerrada. De Fra Angelico a Fortuny.
Museo del Prado

21 de mayo – 10 noviembre
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Y, para terminar el recorrido, un poco de arte lejos de nuestro siglo XX. El Prado propone, esta vez, una visita histórica por más de 250 de sus pinturas-trípticos de las colecciones del Museo. Entre ellos, las pinturas de devoción de los maestros italianos y españoles flamencos o los paisajes del siglo XVI. Más adelante (siglo XVII) podemos encontrar a Murillo o Rubens, para terminar finalmente (XVIII) con Goya, Paret o (XIX) españoles como Fortuny.

Desnudo en la playa de Portici, de Fortuny, es una de las obras que se exponen en el Prado hasta el 10 de noviembre.

* Entradas: recuerda que la política de entradas para las exposiciones temporales cambia en cada museo. Así, por ejemplo, en el Museo del Prado está incluída en la entrada normal. En el Museo Thyssen, no, debes comprarla aparte. Y, en el Museo Reina Sofía, tiene un suplemento de dos euros si compras la entrada normal. Si la compras independiente: cuatro euros.