Tras la huella de van Gogh

| Edith Piaf – La Foule


Arlés, 21 de febrero de 1888
Mi querido Théo:
Durante el viaje he pensado en ti por lo menos tanto como en la nueva región que veía. Sin embargo, creo que con el tiempo te dejarás caer por aquí. Me parece casi imposible trabajar en París, a menos que se tenga un retiro para rehacerse y para recobrar la calma y el aplomo. Sin esto, uno acabaría fatalmente.

Este es Vincent tras abandonar la capital francesa, tras pintar Almendro en flor (imagen izquierda). Un año después terminaría la segunda versión de La noche estrellada (imagen derecha). Visión nocturna que pintaría a la luz del día tras la ventana de su habitación en el psiquiátrico de Auvers. Y, entonces, sería este:

Arlés, 19 de marzo
[…] Te escribo en plena posesión de mi presencia de espíritu  y no como un loco; como el hermano que tú conoces. Ésta es la verdad. Un cierto número de personas de aquí ha dirigido al alcalde (creo que se llamaba Tardieu) una nota (había más de 80 firmas) señalándome como un hombre indigno de vivir en libertad o algo por el estilo. El comisario de policía o el comisario central, entonces, ha dado orden de que me volvieran a internar. Con que ya llevo aquí muchos días encerrado bajo llaves, cerrojos y guardianes en el manicomio, sin que mi culpabilidad esté probada o sea probable.

¿Qué había ocurrido en Arlés? La visita de su colega Gaugin, el sueño roto de la Colonia de Artistas en La casa amarilla, la falta de dinero y las frecuentes visitas a prostíbulos llevaron al artista a un legendario acto de automutilación. Pero ese viaje también supuso el comienzo de su época artística más productiva: 300 obras en poco más de un año.


El siguiente reportaje publicado en la revista Nuestro Tiempo viaja a los sitios donde el artista pintó durante su estancia en el sur de Francia para ver qué queda de la historia de Vincent van Gogh. Un adelanto: “Así que por petición de los vecinos de Arlés, el artista fue ingresado definitivamente en la clínica, bajo los cuidados de un médico y un sacerdote. Hoy, ni médicos ni sacerdotes. Ni psiquiatras ni enfermos. En 1973 se cerró el hospital y se transformó en centro cultural bautizado con el nombre de Espacio Van Gogh”.