Henri Matisse y el fauvismo

¿Qué es el fauvismo? Lo primero que se debe tener en cuenta al hablar de este movimiento es que el grupo fauvista no fue realmente algo organizado ni sus miembros escribieron ningún manifiesto. Tampoco se presentaron en sociedad como tal.


El fauvismo fue un movimiento pictórico originado en Francia en 1904. Sus pintores se caracterizan por un empleo provocativo del color.


El nombre del grupo procede de la expresión les fauves que significa ‘las fieras’. El término fue dado por el crítico de arte Louis Vauxcelles al conjunto de obras presentadas en la Sala VII de la tercera exposición del Salón de Otoño, en el Gran Palacio de París, en 1905. Lo usó por primera vez en su crítica de arte publicada en el periódico Gil Blas, el 17 de octubre de 1905, en un artículo dedicado al salón artístico. La mención a Donatello se debe a que en la misma sala había una escultura de corte renacentista del escultor Albert Marque

En el centro de la sala, un torso de niño y un pequeño busto en mármol de Albert Marque, que modela primorosamente. El candor de esos bustos sorprende en medio de la orgía de tonos puros: ¡Donatello entre las fieras!

Hay que tomar en cuenta que uso el colores brillantes, estuvo en muchos artistas fuera del fauvismo, en el París hacia 1900, el uso del color intenso, lejos de ser un fenómeno exclusivo de los inicios de este movimiento, fue una de las características principales de la vanguardia en la pintura, durante esa época.

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Lujo, calma y voluptosidad, 1904, Henri Matisse.

En 1904 Henri Matisse estaba trabajando en la pintura Lujo, calma y voluptuosidad la cual expuso en el Salón de los Independientes en 1905, esta obra es considerada como una síntesis del posimpresionismo que fue resultado de un esfuerzo de una búsqueda personal y se convirtió virtualmente en un manifiesto de lo que sería el fauvismo poco después. La utilización subjetiva del color y la simplificación del dibujo empleados por Matisse sorprendieron a todos cuando fue expuesto por primera vez, mientras que su desinterés por el acabado y sus colores chillones le granjearon el desprecio de la crítica cuando expuso sus paisajes, pintados en Colliure, en el Salón de Otoño de 1905. Allí también se expuso el Retrato de la Señora Matisse o La Raie Verte (La línea verde) donde se interpretó por críticos como una caricatura a la feminidad y una excentricidad en la pintura de retrato.

Características
El grupo de artistas de este movimiento no poseían un manifiesto, por lo que no se puede hablar propiamente de un estilo fauvista. Cada artista manifestaba un acercamiento en particular dentro del fauvismo, de libre expresión, libertad de moralidad y autonomía de enseñanza-aprendizaje.

  1. El color es el centro de la creación. De hecho, Vlaminck manifestaba usar los colores “puros tal y como salen del tubo” en el lienzo. El fauvismo fue una verdadera explosión de color.
  2. Se libera al color de su función descriptiva. Dice Pickvance cuando explicaba una obra de Vlaminck:  “La identidad de las flores queda subsumida en una equivalencia de pincelada de un solo color, formando un dibujo rítmico independiente, […] niegan cualquier función descriptiva que evoque las flores de forma precisa”.
  3. En consecuencia, el dibujo y la mímesis no eran importantes para los fauvistas. El motivo, el tema, no era más relevante que la expresión a través del color. Hay una transgresión de la forma por buscar más allá de la representación por mímesis heredada del academicismo, esa búsqueda da una abstracción de la forma centrada en el color. Esta abstracción de la forma, no llega alejarla del modelo exterior en que se inspira el artista, la identificación de la obra con el modelo no desaparece.Hay que hacer una aclaración, y es que Matisse si lo tenía en consideración, y destacaba la función decorativa y se empleaban las líneas onduladas.
  4. Otra característica de esta pintura es su intención de expresar sentimiento, algo que anteriormente intentaron los pintores Nabis. Esto hace que percibieran la naturaleza y lo que les rodea en función de sus sentimientos. En la idea de que hay una diferencia entre el color percibido por los ojos y el color procesado por la mente o el pensamiento.

H. MATISSE
(953 – 1890)

Máximo representante del fauvismo. El 20 de marzo de 1906 se inauguraba en los grandes invernaderos de Cours-la-Reine, en París, una nueva edición del Salón de la Sociedad de Artistas Independientes. Aquella exposición supuso el primer gran éxito de Matisse y su consagración como pintor y como cabeza visible de un nuevo movimiento. Los lienzos del artista causaron sensación: de gesto espontáneo y color puro, su obra daba las pautas de un estilo nuevo, lleno de vigor expresivo y que se negaba a ser una mera imitación de la naturaleza. Destacaba entre sus pinturas la ensoñación simbolista Lujo, calma y voluptuosidad, cuadro adquirido por el también pintor francés Paul Signac, y cuyas gruesas y cortas pinceladas de intenso color recuerdan precisamente la técnica divisionista propia del mismo Signac; la tela estaba inspirada en los cuadros del que había sido uno de los maestros de Matisse, Gustave Moreau. Fuente

Junto a los demás expositores, Matisse formaba parte de un movimiento pictórico bautizado como fauves (fieras). Influidos por Gauguin y Van Gogh, concibieron los cuadros de un modo muy distinto del tradicional, tal como hicieron ya los impresionistas. Mediante el empleo agresivo de los colores puros querían poner de manifiesto que la superficie de tela impregnada de pintura es una realidad autónoma e independiente.

Henri Matisse cursó estudios de jurisprudencia entre 1887 y 1888 en la Universidad de París, que se vieron interrumpidos por una larga y grave enfermedad que lo retuvo en cama hacia 1890. Durante su convalecencia empezó a pintar, y en 1891, ya recuperado, venció la oposición de sus padres y abandonó la carrera de leyes para entrar en la Escuela Julian, donde se formó bajo la dirección de Bouguereau. En 1892 ingresó en el estudio de Gustave Moreau, en la Escuela de Bellas Artes, en el que permanecería cinco años y donde conoció a Georges Rouault y a Henri Manguin. Asistió también a los cursos nocturnos de la Escuela de Artes Decorativas, en la que entabló amistad con Albert Marquet.

En 1898 viajó a Londres, animado por Camille Pissarro, y descubrió la obra de Joseph Turner. Las obras producidas durante esos años, en los que interesó vivamente por la pintura impresionista, son las conocidas como protofauvistas, por la riqueza de su colorido y el grueso empaste; son fundamentalmente paisajes. De vuelta a París, asiste durante algunos meses a las clases de Eugène Carrière, en cuyo taller conoce a André Derain y a Jean Puy. Son años de apertura a nuevos horizontes: descubre en estos momentos a Cézanne (le compra a Vollard las Tres Bañistas), expone en el Salón de los Independientes de 1901 y conoce a Vlaminck. Matisse reconoció la obra de Vlaminck y Derain como cercana a la suya y en 1903 participó en el Salón de Otoño junto a Camoin, Derain y Manguin. En Lujo, calma y voluptuosidad, cuadro que sería adquirido por Paul Signac, mostró su interés por las teorías y técnicas del divisionismo, que muy pronto abandonaría en favor de la exaltación del color y del sentimiento propios del fauvismo.

Lujo, calma y voluptuosidad, 1904. Éste es uno de los primeros cuadros de Matisse, cuando comenzó su andadura en el arte. Influido por Signac, entonces interesado en el puntillismo, sigue las mismas pautas divisionistas pero también son apreciables los primeros pasos fauvistas. Hay una ligera interpretación subjetiva de los colores para los objetos representados. Matisse, además, recurre temáticamente a la tradición pues su obra se engloba dentro de las series de Bañistas que han realizado otros pintores como Cezanne.

Madame Matisse o retrato de la raya verde.

Madame Matisse, 1950. Retrato de su esposa Amélie, construido a base de grandes manchas de color puro. El rostro ovalado de Madame Matisse está dividido en vertical por una llamativa raya verde, que es la que da título al lienzo. En la pintura tradicional de retratos, lo habitual era que los pintores dejasen una mitad del rostro iluminada y la otra más en sombra. Matisse hace aquí lo mismo pero en vez de aplicar luces y sombras, pinta un lado del rostro de color rosa y otro amarillo (el amarillo actúa en este caso como sombra). También son muy características del fauvismo esas pinceladas enormes, que prácticamente esculpen las figuras. Aunque lo parezca, los colores no son arbitrarios. Lo único que hace Matisse es llevar al extremo las ligeras tonalidades de color que podemos apreciar en los reflejos y las sombras reales. [Fuente]. 

Su obra Madame Matisse (también llamada Retrato de la raya verde) causó, a pesar de sus reducidas dimensiones, un gran impacto en el Salón de 1905 por la sabia saturación de los colores chillones. Matisse utilizó aquí el color en todas sus posibilidades expresivas. En 1906 expuso de nuevo con el grupo de los Fauves (Manguin, Marquet, Puy, Derain, Van Dongen, Rouault) en el Salón de Otoño y realizó su primer viaje a África, donde le impresionaron los trabajos de arte popular, sobre todo los tejidos y las cerámicas. De ese año es su Naturaleza muerta con tapete rojo. En 1907, por medio de Gertrude Stein, conoció al español Pablo Picasso y realizó su primer viaje a Italia.

En 1908, ilusionado por transmitir sus ideas a los artistas más jóvenes, abrió una academia que sólo mantendría hasta 1911 y realizó su primera exposición individual en Nueva York, en la galería de Alfred Stieglitz. También en 1908 pintó su famosa obra Armonía en rojo. También conocido como Mesa de postres, Mesa servida o La habitación roja, el lienzo presenta un comedor burgués con una mesa en la que una camarera ultima los detalles previos de un ágape. El pintor ya había realizado una obra sobre el mismo tema una década antes, pero con resultados muy diferentes.

La mesa servida, Henri Matisse, 1897.
La habitación roja, Matisse.

Alejada de composiciones convencionales, Armonía en rojo, que debe su título al color imperante en la escena, ofrece un aspecto más cercano al decorativismo de los tapices. El interés por la perspectiva y la sensación de realidad han dado paso a una imagen plana, colmada de arabescos orientalizantes; el interior está decorado con un arabesco que se refleja en las formas del paisaje visto a través de la ventana. Sin embargo, la mesa (que se confunde al fusionarse cromáticamente con la pared) conserva los mismos fruteros e idénticas botellas de obras anteriores. Esta escena doméstica, alegremente intimista, es uno de los iconos más difundidos del fauvismo.

En 1909 recibe del coleccionista ruso Schukin el encargo de pintar dos grandes paneles: La danza y La música. La primera versión de La danza (1909) preanuncia el que sería su gran trabajo ya en plena madurez (los grandes murales del mismo título realizados hacia 1932-33) y puede ser interpretada como una demostración anticubista de cómo las figuras pueden unirse a través del arabesco y de los intensos contrastes de color contra el fondo abstracto. Las fuentes de este mural son variadas, desde las figuras de los vasos griegos a las imágenes greco-romanas de las Tres Gracias. Los colores puros y llamativos de tonos oscuros cubren las zonas nítidamente dibujadas, aspecto este último que Matisse toma de la pintura de Cézanne.

La danza (segunda versión, 1910).
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La música, Henri Matisse.

La composición posee un ritmo vivo, al servicio del cual se han deformado artificiosamente las figuras, se ha sacrificado la descripción espacial y se han reducido a tres los colores presentes. A pesar de su inequívoco figurativismo, la imagen parece querer desprenderse de todo aquello que juzga superfluo para la representación del movimiento. Los cinco personajes representados forman, según Matisse, “un corro que parece volar sobre la colina”, mientras bailan una danza provenzal. La versión definitiva de La danza (realizada al año siguiente, en 1910) presenta una viveza cromática muy superior a la de la primera versión.

En 1910 realizó una amplia muestra individual en París, en la galería Bernheim-Jeune, y viajó con Marquet a Munich para visitar la exposición de arte islámico. En 1911 se trasladó a Moscú para instalar los paneles en casa de Schukin y conoció los iconos y las artes decorativas bizantinas, que pasarían a ser un elemento esencial en su repertorio estilístico. Es claro ejemplo de ello El estudio rojo, en el que destaca la simplicidad del colorido. La superficie del cuadro es mate y plana y representa el estudio del artista, esta vez sin el artista y sin modelo, solamente con cuadros y algunos otros objetos.

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Estudio rojo, Henri Matisse.

Poco después viajó a Marruecos con Camoin y Marquet; pasó en el Norte de África los veranos de 1911-12 y 1912-13. Del primer verano data Jardín marroquí, una composición casi abstracta de verdes y rosas. El estallido de la Primera Guerra Mundial provocó el traslado del pintor y su familia (se había casado en 1898 con Amélie Parayre, con quien tenía dos hijos) a Collioure, donde conoció a Juan Gris. En 1916 pasó el invierno en Niza por primera vez. La placidez y el lujo de la Costa Azul resultaron ser muy de su agrado y decidió pasar allí la mayor parte del tiempo. Comenzó así en su obra una etapa de intimismo, con interiores, desnudos, odaliscas y naturalezas muertas como temas predominantes.

Figura decorativa sobre un fondo ornamental (1926).

En 1925 realiza un nuevo viaje a Italia; su estilo se hace mas robusto, como muestra Figura decorativa sobre un fondo ornamental (1926), que es considerada la obra culminante de la preocupación de Matisse por el desnudo en un decorado oriental: la figura se presenta esquemática y monumental. Por esos años su prestigio y su éxito eran ya universales: en 1927 obtuvo el premio del Carnegie International de Pittsburg, vendió prácticamente todos los cuadros de su exposición en la Dudensing Gallery en Nueva York, y entre 1929 y 1933 se organizaron exposiciones retrospectivas de su obra en Berlín, Basilea, Nueva York y París. Data de estos años Odalisca con pantalones grises, donde retoma la temática orientalista fuera del lugar de origen, en el estudio de París.

En 1940, tras la derrota francesa, Matisse pensó en emigrar a Brasil, pero finalmente retornó a Niza; en 1941 sufrió una grave enfermedad intestinal; tras su recuperación, retomó el trabajo con renovadas fuerzas. En 1944 su mujer fue arrestada y su hija deportada; Matisse se volcó en su arte. Finalizar la Segunda Guerra Mundial, expuso con Picasso en el Victoria and Albert Museum de Londres; después presentó una gran retrospectiva en el Salón de Otoño de París. Entre 1948 y 1950 trabajó en la decoración de la Capilla del Rosario de Vence (donde residía desde 1944). Se publicó luego Jazz, una colección de reproducciones de los famosos papiers découpés (papeles recortados), acompañados de un texto poético del propio Matisse. La obra más ambiciosa hecha con papeles recortados es La piscina (1952), donde las figuras están distorsionadas para crear el efecto de hallarse bajo el agua.

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La piscina, Henri Matisse.

En los últimos años de su vida, que pasó en Niza, los reconocimientos a su trabajo fueron incesantes: el Museo de Lucerna organiza su primera gran exposición antológica, con más de trescientas obras; recibe el premio de la Bienal de Venecia (1950); se inaugura una retrospectiva en el Museo Nacional de Tokio (1951) y en el Museo de Arte de San Francisco (1952), y se abre un museo dedicado a su obra en su ciudad natal. Murió el 3 de Noviembre de 1954 en Niza, a la edad de ochenta y cinco años.

Aunque Matisse sea conocido fundamentalmente como pintor, fue también un excelente escultor y dibujante. A lo largo de su dilatada carrera recibió las influencias de las sucesivas corrientes (Neoclasicismo, Realismo, Impresionismo y Neoimpresionismo), que supo transformar en un lenguaje moderno. Los maestros a los que más estudió fueron Nicolas PoussinJean Siméon ChardinAntoine WatteauGustave CourbetÉdouard Manet y Paul Cézanne. Su posición histórica como iniciador del Fauvismo no debe oscurecer sus logros personales al margen de un movimiento que, en realidad, duró poco y no tuvo programa. Su rival en magnitud e influencia fue Picasso, con quien mantuvo una distanciada relación de amistad y respeto durante muchos años. Los temas principales de su pintura fueron la naturaleza muerta, el paisaje, el desnudo femenino y su propio entorno (el estudio).