Postimpresionistas. Hacia la expresión: Toulouse Lautrec

Hay una serie de pintores que, equivocadamente, se asocian con el Impresionismo. Ellos son Vincent van Gogh, Toulouse Lautrec, Cezanne y Gauguin. Decimos equivocadamente porque lo que hicieron estos artistas a partir de 1880 fue una reacción contra él:

Paul Gauguin realizó una obra extraordinaria en solitario en sus exóticos viajes a la Martinica y Tahití. Vincent van Gogh se trasladó a Arlés en 1888 iniciando su deslumbrante obra final de naturaleza completamente expresionista en medio de fuertes crisis personales que le conducirían a suicidarse en 1890. Paul Cézanne, emplazado definitivamente en Aix-en-Provence a partir de 1882, inició sus meditaciones finales, las de estabilizar el lenguaje impresionista, reduciendo la construcción pictórica al “cono, la esfera y el cubo”, lo que le valdría convertirse en el precedente directo del cubismo. Francisco Calvo Serraller

El Postimpresionismo​ es un término histórico-artístico que se aplica a los estilos pictóricos a finales del siglo XIX y principios del XX posteriores al impresionismo. Lo acuñó el crítico británico Roger Fry con motivo de una exposición de pinturas de Paul CézannePaul Gauguin y Vincent van Gogh que se celebró en Londres en 1910. Este término engloba diversos estilos personales planteándolos como una extensión del impresionismo y a la vez como un rechazo a las limitaciones de este. Los postimpresionistas continuaron utilizando colores vivos, una aplicación compacta de la pintura, pinceladas distinguibles y temas de la vida real, pero intentaron llevar más emoción y expresión a su pintura. Sus exponentes reaccionaron contra el deseo de reflejar fielmente la naturaleza y presentaron una visión más subjetiva del mundo.


Ellos abren y ramifican los caminos que tomará la vanguardia: la línea expresionista (Van Gogh y Lautrec), la línea formal (Cézanne) y la línea primitiva (Gauguin).


TOULOUSE LAUTREC
(1864 – 1901)

Resultado de imagen para lautrecToulouse-Lautrec, fue un pintor y cartelista francés, que destacó por la representación de la vida nocturna parisina de finales del siglo XIX.

Nació en una familia de la nobleza. En su familia, como era habitual en muchas dinastías de la antigua aristocracia, muchos matrimonios se concertaban entre parientes para evitar las divisiones territoriales y la dispersión de la fortuna. Este fue el caso de los padres de Henri, que eran primos en primer grado, lo que condicionó la salud del artista. Padeció una enfermedad que afectaba al desarrollo de los huesos y que comenzó a manifestarse en él en 1874, a los 10 años. Su constitución ósea era muy débil, y de hecho, a los 15 años se fracturó los dos fémures, lo que le impidió crecer más: 1,52.

En 1881, Lautrec se muda a París tras tomar la decisión de querer ser pintor. Se hace amigo de Van Gogh. En 1884, se va a vivir a Montmatre, donde convive con otros artistas como Degas.

 

Caraterísticas de su pintura

Temática
La fascinación que sentía por los locales de diversión nocturnos le llevó a frecuentarlos con asiduidad y hacerse cliente habitual de algunos de ellos como el Salón de la Rue des Moulins, el Moulin de la Galette, el Moulin Rouge, Le Chat Noir o el Folies Bergère. Todo lo relacionado con este mundo, incluida la prostitución, constituyó uno de los temas principales en su obra.

  • En sus obras de los bajos fondos de París pintaba a los actores, bailarines, burgueses y prostitutas. A estas las pintaba mientras se cambiaban, cuando acababan cada servicio o cuando esperaban una inspección médica. No le atrae el mundo burgués, sino los ambientes más bajos como Montmartre.
  • Este mundillo de vicio y extravagancia fue un refugio para Lautrec, quien se sentía rechazado por la nobleza a la que pertenecía por origen. Su minusvalía causaba rechazo en los salones chic, y en Montmartre pudo pasar desapercibido y dar rienda suelta a su bohemia.
  • Criticaba a todos aquellos que reflejaban paisajes en sus cuadros, ya que él opinaba que lo que verdaderamente valía la pena eran las personas, el pueblo. Se consideraba a sí mismo un cronista social y se mezcló, pintó y fue como el pueblo.
  • Su primera influencia fue la pintura impresionista y, sobre todo, la figura de Degas, de quien siguió la temática urbana alejándose de los paisajes que interpretaban Monet o Renoir. Se aleja de los impresionistas, a penas se interesó por el género del paisaje, y prefirió ambientes cerrados, iluminados con luz artificial, que le permitían jugar con los colores y encuadres de forma subjetiva.

El cabaret, es por definición, el espectáculo de variedades que combina diversos números independientes, baile, magia, canto, con presencia importante del contenido erótico, representado, por lo general, en un local de pequeñas dimensiones para permitir un contacto muy directo entre el público y el artista. Esta variedad de revista es derivada del Music Hall británico y se consolidó como género en París. La inauguración del Moulin Rouge coincidió con una época de grandes cambios en el ámbito social, cultural y económico a nivel de toda Europa. En 1874 había empezado la corriente artística conocida como “Impresionismo” y muchos de sus exponentes fueron asiduos asistentes a este tipo de espectáculos. En la siguiente década se realizarían eventos de gran importancia como la construcción de la Torre Eiffel en el marco de la Exposición Universal de 1899. Durante este tiempo París atrajo a más de cuarenta millones de visitantes de todo el mundo. Es imposible desligar el Moulin Rouge de la figura de Lautrec (1864-1901), extraordinario exponente del arte francés quien dominaba todas las técnicas pictóricas pero se convirtió en uno de los más grandes cartelistas de su era.

Influencia de la fotografía y la estampa japonesa
La obra de Toulouse-Lautrec se caracteriza por su estilo fotográfico, al que corresponden la espontaneidad y la capacidad de captar el movimiento en sus escenas y sus personajes, siendo el suyo un estilo muy característico.

  • Originalidad de sus encuadres, influencia del arte japonés, que se manifiesta en las líneas compositivas diagonales y el corte repentino de las figuras por los bordes. Poseía una memoria fotográfica y pintaba de forma muy rápida. Incompatibilidad con la perspectiva del renacimiento.
  • Estas imágenes revelan su deuda con las xilografías ukiyo-e japonesas , en las que a menudo los sujetos se identifican mediante gestos, peinados o accesorios en lugar de una imagen tradicional.
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En el Moulin Rouge, 1889. Toulouse Lautrec.

En el Moulin-Rouge, baile. Fue expuesto en el año 1890 en el Salón de los independientes. El recién inaugurado Moulin Rouge es visto por Lautrec en clave casi de caricatura, captado en un momento de frecuentación por parte de la sociedad parisina. Diversos personajes interactúan entre ellos, se apoyan en la barra del bar, discuten y observan a las bailarinas. Gracias a la línea pictórica que guía el ojo hacia los personajes en segundo plano a través de una hábil disposición de los elementos sobre la tela. Allí se entrevé a un hombre con la cara de calavera y a la bailarina Jane Avril, musa del pintor. En frente de ellos, a la izquierda del cuadro, Valentín el descoyuntado, famoso vividor de la época, dirige a otra bailarina, anónima. Es pelirroja y fuerte, lo que hace pensar en La Goulue en una actuación en público. El movimiento de estos bailarines contrasta con la quietud del público. En el primer plano, una elegante dama con vestido rosa y sombrero.

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La Goulue en el Moulin Rouge, Toulouse Lautrec.

La Goulue en el Moulin Rouge. El espacio poco profundo, el audaz recorte y los contornos pesados ​​y aplastados reflejan los dispositivos pictóricos de los grabados en madera japoneses y la obra de Edgar Degas, que Toulouse-Lautrec admiraba mucho. La proporción anatómica no es perfecta, porque daba más importancia a la expresividad que a la realidad.

La payasa con su amante. Toulouse Lautrec.

Cha-U-Kao La Payasa. Es un momento capturado en el que cruza el recinto del Moulin con la que entonces era su amante. A pesar del colorido, se aprecia siempre un interés por el dibujo y cómo recorta las figuras. También un interés por la luz de interior y el deseo de capturar el ambiente. Cha-U-Kao fue una famosa bailarina de cabaret que enloquecía al público con sus actuaciones de danza, mitad acrobáticas y mitad erótico-festivas. Con el paso de los años, cuando se convirtió en una mujerona de mediana edad algo entrada en carnes, Cha-U-Kao se reinventó a sí misma y se hizo payasa. Toulouse-Lautrec sentía fascinación por el circo y también por estas mujeres artistas de carácter fuerte y decidido. Así que no es raro que Cha-U-Kau se convirtiese en una de sus modelos preferidas. La retrató varias veces, sola o en compañía de su amante Gabrielle, una prostituta de Montmartre.

Jane Avril bailando. Toulouse-Lautrec quedó fascinado por su forma de bailar. Fueron grandes amigos, nunca fueron amantes. Pero su impacto fue la protagonista de varios de sus cuadros como el retrato que lleva su nombre o ‘Jane Avril en los jardines de París’ y de los carteles que los dueños del cabaré le pidieran para promocionar los espectáculos. Los carteles que le dieron su primera fama en París.


 

Origen del cartel moderno

A finales del siglo XIX, el cartel se había convertido en un medio fundamental para la difusión de los numerosos productos que ofrecía la industria del consumo. Muchos artistas se sintieron atraídos por este nuevo formato y lo aprovecharon. inició una nueva forma de comunicación en una época donde la industria comenzó a crecer y necesitó de este nuevo lenguaje.

Se inició así un proceso de transformación del cartelismo en un auténtico fenómeno artístico.  Los carteles debían vender una idea, un producto, y los artistas que los crearon inventaron un nuevo lenguaje, directo y eficaz: el lenguaje de la publicidad.

Lautrec fue uno de los grandes precursores del diseño y elaboración de los carteles. Los recursos usados por el pintor, desde lo estético, hasta el mensaje, lo llevaron a ser una gran influencia en el diseño actual.

El primer cartel que realizó Lautrec, fue en 1981 para el espectáculo Moulin Rouge, del cual se enamoró. A partir de dicha ilustración, el pintor se desarrolló en el mundo publicitario. Con más de 351 litografías, el pintor destaca por introducir el texto y letra en los carteles, por  usar imágenes  llamativas y a su vez limpias,  y por dar una emotividad al color.

Primer cartel. Aparecen La Goulue y Valentine. Su público se reduce a las siluetas con el fin de centrar la atención en los artistas y evocar el arte japonés entonces en boga, del que se contagiaron muchos pintores de la época. La triple repetición del nombre del club señala la atención a la figura central del cartel. El blanco puro de las enaguas, representado con sólo unas pocas líneas sobre el papel blanco, personifica el estilo audazmente simplista de Toulouse- Lautrec y rompe con los carteles de texto-pesados ​​de la época. La repetición de las lámparas amarillas es un ritmo perfecto igual que la repetición de cabezas con sombrero.

La sensación de estas obras vienen a ser como un grito que sale de la pared donde se colocan, es decir, son de una tremenda fuerza publicitaria, a pesar de que Toulouse Lautrec jamás fue un profesional de la imprenta. Sin embargo, el profundo conocimiento del ambiente nocturno parisino, y su indudable maestría pictórica, lo han convertido en todo un referente histórico del mundo de la publicidad.

Los dueños de los cabarets le pedían que dibujara carteles para promocionar sus espectáculos, algo que entusiasmó mucho a Lautrec, ya que en sus largas noches en estos locales dibujaba todo lo que veía y lo dejaba por las mesas. Al contrario que el incomprendido Vincent van Gogh, Toulouse-Lautrec llegó a vender obras y fue reconocido, si bien su popularidad radicó en sus ilustraciones para revistas y carteles publicitarios más que en la pintura al óleo.

Características:

  • Uso de la litografía
  • Utilizó las siluetas de los personajes en planos, recortadas sobre un fondo también plano y silueteado. El impacto cromático que Toulouse-Lautrec consigue con el uso de tintas planas de vivos colores.
  • El punto de vista elevado que emplea, siguiendo la danza de la bailarina, será muy común en el artista, que toma como modelo a Degas.
  • Usa recursos procedentes del arte japonés, siluetas y arabescos. Adecúa la letra y la imagen, resultando un todo unitario. En sus carteles hay relación entre texto y letra. El cartel se dirige a convencer y requiere una imagen limpia, eficaz, y llamativa. Le importa de modo especial el estímulo psicológico.
  • Coincidiendo con la eclosión del movimiento modernista, Toulouse-Lautrec marcó de manera importante el arte gráfico catalán de principios del siglo XX.

Jane Avril en el Jardín de París. Vemos en un arriesgado escorzo, cortado y en primer plano el clavijero del contrabajo, cuyas formas se continúan para enmarcar toda la imagen.La figura de la famosa bailarina del momento, Jane Avril, nos la presenta en un arabesco, donde priman las formas arbitrarias y estilizadas, incluso las deformaciones, como es el caso de la oreja y la cabellera del músico o las notas de su partitura, en la parte inferior derecha. Todas estas soluciones de estilo fueron claves para enlazarlas con el Art Nouveau o Modernismo que se daría en toda Europa durante la última década del siglo XIX y comienzos del XX.una perspectiva lateral, acentuada aún más por la marcada alineación de las tablas del escenario. Y pese a aparecer esas líneas rectas muy definidas, todo en la escena es movimiento, dado el momento elegido para representar a la protagonista, bailando el momento más famoso del cancán, elevando la pierna y todo envuelto en la agitación y las revueltas de la faldaPor otro lado, Toulouse Lautrec elige para toda la composición el uso de colores planos, completamente cercados por un dibujo que siluetea las figuras, sin volumen alguno. 

Tenía problemas con el alcohol, lo que muchas veces derivaba en locura. Además contrajo la sífilis. El alcoholismo deterioró su salud, y padeció manías, depresiones y neurosis, además de ataques de parálisis en las piernas y en un costado.

En 1897 tuvo que ser recogido de las calles a causa de una borrachera, y poco después llegó a disparar a las paredes de su casa creyendo que estaban llenas de arañas. Sin embargo, seguía pintando de forma firme y rápida; pero lo volvieron a recoger alcoholizado en 1899 y lo internaron en un sanatorio mental, donde realizó una colección de pinturas sobre el circo. Le dejaron ir a casa de su madre en las posesiones de ésta cerca de Burdeos, y el 9 de septiembre de 1901 murió postrado en su cama.